Para experimentar la magia que una buena salsa puede aportarle a tu restaurante, te invitamos a probar estas 3 salsas todoterreno, ideales para el chef creativo que busca nuevas formas de dar un aire a las recetas tradicionales.
Salsa tártara
Esta salsa se ha ganado un rincón en todas las gastronomías del mundo por una razón muy sencilla: su sabor va bien con casi todo. Desde pescados hasta hamburguesas, pasando por ensaladas y croquetas, la salsa tártara aporta un sabor potente a cualquier preparación.
Estos son sus ingredientes:
200 gr de Mayonesa Hellmann's Deli
50 gr de cebolla
25 gr de alcaparras
25 gr de pepinillos
10 gr de Mostaza Hellmann's
Cebollín a gusto
Preparar esta salsa es tan sencillo como picar los ingredientes muy finamente y mezclarlos con la mayonesa. Luego, termina agregando la mostaza, poco a poco, hasta que estés conforme con el sabor. Esta salsa es bastante cremosa, pero puedes usar algo de caldo de pescado u hortalizas licuadas para aligerarla su composición.
Salsa barbacoa ahumada
Para muchos, la salsa barbacoa es sinónimo de carnes horneadas o asadas, sin embargo ¡es mucho más que eso! El gusto rústico de la salsa barbacoa es la pareja ideal para una gran variedad de recetas, como camarones apanados, pastas, vegetales asados y mucho, mucho más. Si bien es cierto que las carnes se roban el protagonismo, es una salsa que no te arrepentirás de probar en otras recetas.
Para prepararla, necesitas lo siguiente:
1/2 taza de Ketchup Hellmann's.
2 cdas. de azúcar.
2 cdas. de salsa inglesa.
1 cda. de vinagre de manzana.
1 diente de ajo, triturado o picado finamente.
1/4 de cda. de Mostaza Hellmann's.
1/4 de cdta. de sal.
Mezcla los ingredientes en una olla y cocina a fuego lento hasta que empiece a hervir suavemente. Remueve la salsa del fuego y deja enfriar para que espese bien. ¡Experimenta con ella pintando, marinando o bañando tus platos!
Salsa marinara
Con una base sencilla de tomate, ajo, cebolla y algunas hierbas, la salsa marinara tiende a pasar desapercibida, pero oculta un gran potencial. Se hizo extremadamente popular en las costas de Italia, donde se perfeccionó como base para albóndigas, pizzas y pastas. Tiene un sabor tenue, capaz de hacerse notar sin opacar al resto de los ingredientes. Además de los platos mencionados, puedes usar la marinara para cocinar carnes o comerla a modo de dip. Es imperdible con unas milanesas o supremas.
Para prepararla, usa estos ingredientes:
4 tomates grandes.
1/2 cebolla, troceada.
2 cdas. de aceite de oliva virgen extra
2 cdas. de pasta de tomate.
1 cda. de orégano seco.
6 hojas de albahacas.
4 dientes de ajo, troceados o triturados.
Sal y pimienta al gusto.
Calienta bien el aceite en una olla y sofríe los ajos y la cebolla hasta que doren. Agrega más aceite si consideras necesario. Una vez que estén listos, añade el resto de los ingredientes (reserva la albahaca) y remueve constantemente a fuego medio unos 10 minutos con tapa y 10 minutos más sin tapa. Luego, agrega las hojas de albahaca y cocina 5 mintuos más.
Dependiendo del plato, puedes servir esta salsa caliente o fría.
Las salsas aportan variedad a la cocina. Algunas son simples, otras complejas, pero todas han jugado un papel en la historia culinaria del mundo. ¡Aprender a dominarlas es la clave del éxito! Si buscas expandir tus horizontes, visita nuestra sección de productos, donde podrás encontrar la salsa perfecta para cada ocasión.